En los últimos años se ha impuesto la tarima sintética de composite para exteriores frente a la clásica madera. No es para menos: entre sus ventajas destaca que se trata de un material eco-friendly, resistente y de gran durabilidad. Por todo ello también recibe el nombre de tarima tecnológica. Desde Alkain te damos 5 motivos por los que elegir este tipo de suelos para poner a punto tu jardín o piscina de cara al verano.

  1. Una amplia gama de acabados

Por norma general, el composite se compone de fibras de maderas (entre un 40% y un 60%) y resinas plásticas o polímeros como el PVC o el polietileno, aunque también hay composites totalmente libres de maderas. Esta combinación permite un amplio abanico de acabados: los hay de imitación a madera con un gran nivel de realismo, y también existen otros más sintéticos que ofrecen una mayor gama de colores y texturas, por lo que las opciones a elegir en cuanto a decoración son amplias. 

  1. Fácil instalación y mantenimiento

Las tarimas de composite se instalan mediante lamas muy fácilmente, gracias a su sistema de clips fijados sobre unos rastreles sujetos al suelo. Esto hace que cambiar una lama sea muy sencillo: no hay más que soltar la que está rota o en malas condiciones y colocar la nueva en el hueco. Además, este tipo de suelos no requieren de un mantenimiento especial y para limpiarlos basta con utilizar agua y jabón.

  1. Gran resistencia

Las tarimas sintéticas son resistentes al sol, la lluvia, las heladas y los ambientes salinos, lo que las convierte en la mejor alternativa a la madera para exteriores, sobre todo en climas con temperaturas y condiciones muy cambiantes o con un gran nivel de humedad. Además, no se ven afectadas por hongos o insectos y gracias a su composición resultan ignífugas y anticorrosivas, por lo que no sufren quemaduras de cigarrillos o productos de limpieza.

  1. Buena relación calidad-precio

Aunque hay suelos de composite de varias calidades y precios, en general resultan más económicos que los de madera y son muy duraderos. 

  1. Un material de larga vida útil (y reciclable)

Las tarimas de composite están diseñadas para durar una media de 20 años, sin astillarse ni pudrirse. Y además son reciclables gracias a su composición de fibras de madera y serrines, lo que los convierte en la opción eco-friendly perfecta para tu jardín.