Llega el invierno, y poco a poco empezamos a encender las primeras estufas y radiadores. En la calle hace frío y quieres mantener tu casa caliente, porque no hay nada mejor que estar en casa goxo-goxo y ver como fuera diluvia. Es un momento Pero esto tiene consecuencias ¿verdad? Y es que en invierno la factura de la luz se dispara.
Pues déjame decirte que tenemos buenas noticias para ti. Este invierno vas a poder ahorrar en la factura de la luz. ¿No te lo crees? Presta atención a estos consejos y lo conseguirás.:
Extrae el aire de los radiadores
Cuando llega el mes de noviembre y antes de encender los radiadores por primera vez después del verano, es aconsejable que purgues los radiadores. Es decir, que les saques el aire que se ha ido acumulando estos meses, ya que pueden formarse burbujas que impidan el paso del calor y por tanto no calienten con toda la potencia necesaria.
Mantén tu casa a la temperatura adecuada
La temperatura ideal de una casa es de entre 19º y 21º a partir de esta temperatura, por cada grado que aumentemos el gasto de energía puede aumentar hasta un 7%. Durante la noche es suficiente con mantener la casa entre 15º y 17º.
Si tienes una habitación vacía cierra los radiadores
No calientes habitaciones que no vayas a usar. Lo mejor es que cierres la llave del radiador y la puerta de esa habitación. De esta forma, no derrocharás energía.
Ventila tu hogar lo justo y en horas de sol
Debes ventilar tu hogar a diario. Pero si es posible, aprovecha para ello las horas centrales del día, ya que suele ser cuando más templa la temperatura. Y si hace sol aprovecha para que se caliente de forma natural. Con 15 minutos será suficiente.
No cubras los radiadores.
A veces sin darnos cuenta, cubrimos los radiadores con muebles o con ropa para que se seque más rápido. Esto es un error, ya que la casa tardará más en calentarse y por lo tanto el gasto será mayor.
Apaga la calefacción por la noche
Por la noche, es suficiente con que tu casa se mantenga a 15 o 16 grados para estar a gusto. Así que lo mejor es que apagues la calefacción.
Cuidado con los huecos
Muchas veces sin darnos cuenta, el calor se nos escapa por pequeños huecos. Por ejemplo, por las ventanas o los cajones de la persiana. Para que esto no ocurra, revísalas bien y si hay algún escape de aire, séllalo con silicona.
Programa la calefacción
Llegar a casa del frío de la calle y que tu hogar este con estalactitas no es agradable. Por ello, muchas veces, dejamos todo el día la calefacción encendida, aunque no vayamos a estar en casa y esto contribuye a que la factura de la luz se dispare. Para que esto no ocurra, lo mejor es que coloques un termostato programable y lo programes para que se encienda una hora antes de que llegues a casa.
Además, de todo esto hay varias cosas que puedes hacer en estancias como el baño y que te permitirán ahorrar este invierno.
¿Un baño calentito? Por supuesto pero no cada día
Si tienes una bañera, no hay placer más grande que llegar a casa después de un largo día, llenarla hasta arriba con agua bien calentita y relajarte. ¿verdad? Pero es verdad que hacerlo a diario puede disparar nuestra factura tanto de calefacción como de agua.
Así que lo mejor es que dejes estos súper baños para días especiales y el resto pégate una buena ducha relajante. O si tienes que usar la bañera porque tienes niños pequeños, llénala solo con el agua que necesites, así no derrocharás energía calentando agua que en realidad no necesitas.
Coloca un termostato y controla la temperatura
Ahora demasiado fría, ahora quema, ahora está congelada… Y así hasta que encuentras la temperatura perfecta. Seguro que a ti también te pasa. Y es que es muy común que durante una ducha pasemos un buen rato regulando la temperatura del agua hasta encontrar la perfecta.
Para ahorrar lo mejor es que coloques un termostato que regule la temperatura del agua y te permita disfrutar de una ducha sin quemarte ni congelarte.
Ahora ya sabes lo que tienes que hacer. Solo te queda ponerlo en práctica y disfrutar de un hogar cálido y confortable sin temer el recibo del gas.
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