Hay dos formas de realizar una renovación en una cocina, cambiándola por completo y haciendo una reestructuración de su distribución, o dándole un lavado totalmente nuevo y fresco pero manteniendo algunos elementos que son importantes para nuestros clientes.

Y este era el caso de una de las últimas cocinas que acabamos de diseñar. Y es que nuestros clientes tenían muy claro que querían mantener tanto la distribución como dos elementos muy característicos de su actual cocina, el suelo y la nevera. Por tanto, tuvimos que elegir los materiales y los colores teniendo en cuenta todos los condicionantes.

Por ejemplo, para la encimera y el frente escogimos el modelo Trance Onirika de Dekton, pues tiene unas vetas en tonalidades azuladas y beiges que combinan perfectamente con el color del suelo, el frigorífico y la madera.

Para los muebles altos nos decantamos por el acabado laminado nogal natural al igual que la zona de columnas compuesta por frigorífico, almacenaje extraíble, horno/micro y despensero. Lo más característico es su altura, ya que llegamos hasta el techo para conseguir el mayor espacio de almacenamiento posible.

En cambio, para los muebles bajos, optamos por un acabado estratificado anti-huellas color visón. Por su parte, todos los tiradores son integrados lacados en el mismo color que el mueble para una mayor armonía.

En cuanto a la península, tiene vuelo hacia el lado del comedor para poder poner unos taburetes y consta de un mueble hacia el exterior, con puerta hasta el suelo y apertura push, para dar apoyo al comedor y un gran cacerolero hacia el interior.

Debido a la ubicación de la fregadera, escogimos el grifo escamoteable modelo SU&GIU de la marca GESSI para permitir una correcta apertura de la ventana.

Estos son algunos detalles que marcan la diferencia en una cocina y que además de darles carácter y personalidad, hacen que sean más prácticas y funcionales.

Aquí te mostramos el antes, el proceso de diseño con los renders y por supuesto, el después gracias a la instalación de Sebas Orset.